Isabel de Naverán
138 x 210 mm
112 páginas
ISBN 978-84-123224-4-6
PVP 18 €
Diseño: Setanta
Colección Letra Caniche
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18 de julio de 1936, Bayona. Tras conocer la noticia del alzamiento, Antonia Mercé y Luque, bailarina y bailaora española apodada la Argentina, en fatídica sintonía con la Segunda República, sufre un síncope y muere. Tiene 46 años. Se quiebra la historia y se quiebra la artista.
Isabel de Naverán persigue, en estrecho diálogo con las imágenes, el eco de ese golpe, una convulsión individual que contiene, de forma representativa y simbólica, el dolor colectivo que se avecinaba y que ha resonado, en distintos momentos y de distintas maneras, a través de otros artistas, algunos tan aparentemente alejados como los japoneses Kazuo Ohno, que necesitó recuperar su danza cincuenta años después de haberla visto bailar, Takao Kawaguchi, la bailaora Rocío Molina o la escritora Gertrude Stein.
Envoltura, historia y síncope no es una biografía de Antonia Mercé, aunque no puede (ni quiere) huir de ella, porque su magnética figura articula este ensayo que se adentra en la transmisión —coreográfica y artística— de la memoria colectiva —cada cuerpo, en la danza, revela no solo un acervo cultural sino, sobre todo, el presente que lo afecta—. Pero la autora busca distanciarse de esa atracción icónica, de la fascinación que encierran su nombre y su baile, para proponer un recorrido afectivo que explore los caminos por los que el movimiento se transfiere de un cuerpo a otro. Bailar es siempre bailar otros cuerpos —asegura—, repetir y, al mismo tiempo, hacerse presente en la diferencia; ser capaz de interiorizar los movimientos de otros, de dejarse permear. Una capacidad extraordinaria que unía a la Argentina a otros artistas coetáneos como Federico García Lorca. Ambos fueron agentes activos de una escucha atenta hacia otros cuerpos y ambos sufrieron en el suyo propio las consecuencias del horizonte que se cerraba.
Isabel de Naverán (Getxo, 1976) trabaja en proyectos que unen arte, coreografía contemporánea y performance. En sus investigaciones subyace la preocupación por el tiempo, desde su tesis doctoral en torno a la producción de tiempo cinematográfico en la coreografía expandida hasta sus trabajos más recientes centrados en la transmisión corporal y la revisión del concepto de tiempo histórico desde prácticas efímeras y fugitivas. En 2010 fundó, junto con Leire Vergara, Miren Jaio y Beatriz Cavia, Bulegoa z/b, oficina de arte y conocimiento a la que permaneció vinculada hasta 2018. Actualmente trabaja como curadora de artes en vivo del departamento de actividades públicas del Museo Reina Sofía (Madrid), tarea que compagina con su labor como investigadora asociada en Azkuna Zentroa (Bilbao) con La ola en la mente (2021-23), una propuesta de escritura somática como forma de curaduría.